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Los Pocos Heroes Que Quedan part XV

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Rosii16's avatar
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— ¿Q-Que?—Musitó el muchacho, intentó levantare pero un tremendo dolor de cabeza lo detuvo en seco— ¡Ah!

— ¡Dark Angel!—Applebloom lo socorrió—No deberías sentarte tan rápido—Lo acostó en la cama

—Necesitas descansar un poco antes de levantarte por completo

—... ¿Y Cuty Star?—Preguntó con voz cansada—

—No viene

— ¡Ah!—Se agarró la cabeza por un rato, otra vez se tranquilizó—Tengo que ir con ella

—No. Debes quedarte aquí

—La asesina irá por ella y el grupo—Otra vez se frotó la cabeza—

Los chicos se miraron entre sí.

— ¿Asesina?—Dijo Scootaloo—

—Es una chica—Applebloom habló asombrada—

— ¿Quién es?—Se sobresaltó Spark—

—Es... Ashley—Dark Angel trató de sentarse inútilmente—

—Yo había estado con ella comprando cosas...—Dijo Sweetie Belle paralizada, ¡había estado comprando con una asesina!. Nota mental, salir de compras solo con Rarity...—

—Es una suerte que estés viva—Dijo Spark—Ahora que tenemos la pieza principal, debemos ocuparnos de lo demás...—Miró por la ventana de la habitación y suspiró profundamente, esto es demasiado loco para un chico como él—

— ¿Qué podemos hacer?

—Dark, ¿con quién se fue Cuty Star?—Preguntó indiferente el chico—

—Candy... Handsome... Keily... Michelle... no recuerdo muy bien... ¡ah!, y estaban esas tres niñas y Alex también—Respondió—

—Maldición—Expresó desganado Spark. Luego se dirigió a las chicas—Bien, ¿alguna de ustedes tiene miedo a las alturas?

—Yo un poco—Sweetie Bell esclareció—

—Igual vienes, Dark tú quédate aquí.
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— ¿No se han dado cuenta que tardamos más de lo normal?—Cuty Star dijo algo extrañada, habían demorado en venir, pero... el llegar estaba más largo según parece, ¿el camino hacia Ponyville era así?, en cuanto todo esto terminara, le daría un curso de memorización de mapas a Alex, porque se ve que es muy imbécil no se supo el camino al parecer...—

—Sí, eso parece—Keily cruzó los brazos en señal de desagrado, carajo, este no era momento para jugar a frío o caliente de quién llega a Ponyville—

—Alex, ¿no estaremos...?—Candy iba a terminar la oración—

—No... creo que tanto—Alex bajó la mirada, ya no estaba de humor como para ignorar a la pelirosada—

—Bravo Alex, y yo creía que sólo Lyssandro se perdía en el bosque—Dijo mientras aplaudía la ojivioleta Cuty Star, quién se acercó al muchacho con un leve puchero y ceño fruncido—

—Si tanto te quejas, guía tú

—Bien—Tranquilamente fue adelante y se paró sobre una roca (Cuty es algo más bajita que Alex :BU), se detuvo a observar el paisaje—

— ¿No es tan fácil, eh?

— ¿Puedo opinar?—Dijo la “prisionera”, Ashley—

—Alexito, no presiones a Cuty—Con una sonrisa Noelia le dio unas palmaditas a Alex en la cabeza, como si fuera un pequeño crío—

— ¡Tengo trece, no puedes seguir poniéndome diminutivos de mi nombre!

— ¿Alexan... drito?

— ¡Noelia!

—Ahora que recuerdo, tu nombre proviene de “Alejandro”…

— ¡Cállense!, necesito pensar...—Cuty Star miró bien alrededor, ok, ahora tenía el mando, debía aprovecharlo bien... ¿y el camino sería por...?—Por allá—Señaló—Vámonos

Cuty bajó de la roca, pasando cerca del pelirrojo quién miraba a la niña con algo de molestia, se dejaba mandar por una niña... weh. Bueno, no era tan malo, ahora podría aclarar las cosas consigo mismo, tal vez pensar en qué hacer con Ashley, quién estaba a su lado, idear una estrategia para salvar a los elementos, esclarecer las cosas con Candy...

...¿Esclarecer las cosas con Candy?

No. Definitivamente no.

Candy no puede saber nunca sus sentimientos, ¿para qué?, ¿para un “Lo siento pero te quiero como amigo”?, ¿o quizás un “Prefiero los chicos grandes”?, o tal vez “Que fetiches tan raros los tuyos...”


...


Ok, no era un fetiche taaan raro enamorarte de una chica mayor que tú, en Ponyville no abundan tantas chicas menores o de la edad de él, la mayoría ya son grandes o adolescentes. Cuty Star era menor que él pero... nah, Cuty era como una hermana. Era difícil no echar la mirada a una chica mayor, considerando que es un pueblo donde la mayoría son del sexo femenino, y las chicas de su edad eran algo chillonas o quejonas (“¿Alex?, ¿te conozco?”, “¡Aléjate de mí!”), las chicas mayores parecían ser más maduras y las comprendía mejor. O tal vez sólo a Candy, que tenía también una pizca de ser algo infantil pero por el lado bueno.

En fin, como abundan señoritas, también los hay chicos más grandes que él, quién sabe, Candy tal vez ya le echó el ojo a alguno. Tal vez Alex no se caracterizaba por juntarse mucho con estos chicos y prefería pasarla leyendo o jugar videojuegos con Cuty Star y Handsome, pero tenía sus razones, esos chicos eran unos cabezas hueca que pensaban en sexo, así de fácil. ¿O acaso creen que no se nota a kilómetros que llevan una revista Playboy?, ¡por favor, por lo menos podrían disimularlo los muy idiotas!

Volteó a mirarla, Candy había sido blanco de miradas de muchos chicos, y no exactamente les había atraído sus ojos púrpura...

Algunos decían que Candy había tenido muchos novios, y que éstos no la habían tratado bien y la dejaron con un corazón roto... ¿podría él ser diferente?

Por lo menos sabe que él se esforzaría por hacerla feliz, por hacerla sentir afortunada, no como esos imbéciles que solo la buscan por querer tal vez otra cosa con ella...

— ¿Sigues molesto conmigo?—Candy se acercó a él—

—No estaba molesto contigo... estaba...—Pensó—Olvídalo... pero no, no estoy molesto contigo...

—Si tú lo dices...

—No te preocupes, hablo en serio—Sonrió para tranquilizarla—

Ella también sonrió.

Ashley suspiró asqueada.

Candy se tranquilizó, por lo menos sabía que Alex ya no estaba tan molesto con ella por quiénsabequé. No sabía que decirle o de que hablarle, así que comenzó a ver el paisaje para darse una idea, todo le parecía tan conocido pero de una manera muy lejana. No sabía por qué pero parecía que ya había pasado por aquí antes, o por lo menos ya lo había visto.
Los árboles, las rocas, las plantas... algo le parecía conocido, ¿pero qué?.

—Ops—Soltó la ojivioleta—

— ¿Ves que no es tan fácil?—Dijo el pelirrojo a Cuty—

—Oh tú cállate Alejandro—El pelirrojo rodó lo ojos, otro sobrenombre más al repertorio, ¿Qué más seguía, eh?, todo gracias a su prima. ¡Gracias Noelia por aclarar que mi nombre viene de “Alejandro”, muchas gracias!, ah...—

—Tal vez eso le hubiera quedado mejor, pero Rina no me dejó ponerle el nombre...—La “cucú” e Noelia habló pensativa, nunca le dejaban ponerle nombre a algo—

—Me están avergonzando—El chico enfatizó—

Todos soltaron una pequeña risa, incluyendo a la pelirosada.

Ashley solo siguió con su cara molesta, no le gustaba estar con este grupo, ahora mismo tendría que estar vigilando a la princesita esa de Skyla... Bah, puede quedarse sola un rato, ¿no?.

Además, por lo que veía, ni Alex ni Cuty sabían el camino, ash, eso le irritaba aún más, pero no tenía ganas de conducirlos por puro orgullo. Ashley odiaba pensar que Alex la había atrapado tan fácil, bueno, tenía cierta debilidad ante él y la había atrapado por sorpresa... seh, se sentía tonta.

Lanzaba algunas miradas amenazadoras a Candy, ella parecía encogerse un poco pero luego no le hacía caso. Ashley notó que Candy miraba todo con cierta intranquilidad, ¿acaso sabe dónde están?. Sea lo que sea no importa, Candy no importaba ahora, más o menos, aunque... ahora que lo piensa, conoce este lugar, podría ser una ventaja...

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—Ok, una bandada de emúes salvaje me golpearon, lo cual no tiene mucho sentido, caí por una cascada, tengo agua en las orejas, los insectos me están picando como nunca y no sé ni por dónde estoy parado

Lucas suspiró pesadamente, Bubble no le prestaba mucha atención. Estaban aquí, solos, cansados, buscando algo que ni siquiera saben que será o es.

—Lucas, ya se hace de noche—Bubble miró al cielo, que se tornaba de color oscuro y pequeños puntos brillantes salían poco a poco—

—Ah, y no tenemos donde dormir, excepto el suelo...

—Podríamos dormir en esa casa

—Sí, sí, cómo sea... ¡Espera!, ¿casa?

Lucas subió la mirada hacia donde Bubble señalaba, efectivamente, había una casa. Estaba algo descuidada y vieja. Le dio algo de miedo, ya que vio algunas marcas de manos color roja, ¿sangre?. No... ¿o sí?, estaban secas, como si hubieran secado de hace días pero nadie se molestó en limpiarla.

—Vamos—Sonriente y positiva, Bubble se dirigió hacia la casa vieja, Lucas solo la siguió, ¿acaso Bubble no notaba esas marcas?, ¿o será que las vio pero no le asustó en lo absoluto?, oh genial, ahora resultaba que él era el miedoso, tal vez lo estaba pensando mucho—

Se acercaron con mucho cuidado por la maleza, habían algunas hojas secas cerca de ahí y estas crujían a cada paso, algo que les asqueó es que habían algunos animales pequeños... muertos, ugh. Y una que otra botella rota por el piso, tenían que cuidar no pisar nada asqueroso o puntiagudo por el camino, Bubble seguramente se arrepentía ahora mismo, pero no había vuelta atrás.

Entraron.

Escucharon murmullos.

— ¡Ah...!—Lucas le tapó la boca a Bubble, sea lo que sea que había sonado, no podía saber que ellos estaban ahí, y si Bubble gritaba, presentía que estarían fritos—

—Bubble, ven, sígueme

El peliblanco entró a hurtadillas junto con la joven, dieron leves pisadas hasta adentro, lo que encontraron en el interior fue un gran caldero (¿no que nadie vivía aquí?), y dos puertas a los lados de la habitación, una era marrón y tenía marcas en forma de corazón hechas por un filoso cuchillo, parecían mal hechas. Y la otra... tenía solo una silla que bloqueaba la puerta, y desde ahí, se oían los murmullos.

Lucas se sorprendió y decidió ir a investigar, fue seguido por Bubble.

—Está cerrado—Espetó Lucas después de quitar la silla y tratar de abrir la puerta—

—Usa un clip—Susurró Bubble—

—No tengo un clip

—Haces magia, haz aparecer uno...

—Claro, ¿tú lo ves fácil, no?

— ¿Quieres abrir la puerta o no?

—Ah, tú ganas—El chico cerró los ojos y se concentró, no acostumbraba usar mucho la magia, prefería la ciencia. Siguió concentrándose y... ¡chazam!, apareció un clip en sus manos—Ya

— ¡Pues abre!

Lucas abrió la puerta con el clip, y los dos jóvenes se vieron con una sorpresa inmensa.

En un rincón de la habitación estaba Skyla, hija de la princesa Cadence y el príncipe y guardia real Shining Armor, quienes reinaban en el Imperio de Cristal. Ahora estaba ahí, llorando, parecía despeinada y con hambre, estaba sucia. Arriba de ella, en una jaula yacía un pájaro fénix dormido, parecía algo triste también.

—Esa es la princesa Skyla—Dijo Lucas—

—Y ese parece el fénix de Cuty Star

—Tenemos que sacarlos de aquí...

— ¿Crees que alguien venga?

—No importa, de todos modos ya estábamos muertos por poner un pie en este insípido bosque

—Bueno...

Entraron, Bubble se encargó de liberar al fénix, quién despertó pero al ver que lo liberaban, no atacó en lo absoluto. Lucas se encargó de la pequeña niña, quién parecía ya no tener más lágrimas para llorar y tenía un poco hinchados los ojos.

— ¿Quiénes son ustedes?

—Te sacaremos de aquí, no hay tiempo de explicar
Lucas alzó a la pequeña en sus brazos, y Bubble llevaba a la majestuosa ave en su hombro, ambos salieron corriendo de la habitación, acto seguido, de la casa y corrieron sin rumbo, tenían que regresar ahora mismo y poner a la princesa en un lugar seguro.

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La oscuridad tapaba al cielo con un manto estrellado y los muchachos ya estaban cansados, Cuty los había guiado en círculos seis veces, y tal vez esta era la séptima. Todos se sentaron en el suelo, los pies los mataban, caminar era horrible en un lugar así, más algunas ramas y caída, peor.

Decidieron descansar un rato para luego seguir. Keily hizo una fogata y todos se sentaron alrededor de ella, estaba cálida y acogedora, uno de los pequeños placeres de la vida en momentos como este, donde no tienes una manta para abrigarte del frío. Todos suspiraron de cansancio.

—Oigan, ¿no tienen hambre?—Preguntó la pequeña Tiana—Yo sí, ¿podemos ir a recoger algunas frutas?

—Estamos cansados Tiana, después—Keily contestó, pero la pequeña hizo un puchero y volvió a decir—

— ¡AHORA!

Todos se miraron entre sí, llegaron a una conclusión.

—Ya vamos—Dijo Martina levantándose, de todas maneras, no quería quedarse ahí cerca de la psicópata esa, preferible era recoger fruta—

Parecía que todos pensaron lo mismo, a excepción de Alex, que se quedó acompañando a la chica de cabellos naranja. La observaba con una mirada seria, que no se podría decir si estaba molesto o pensativo, parecía concentrado en alguna cosa que no se podía identificar. El silencio reinaba en el ambiente, ni los búhos cantaban su canción, o los grillos acompañaban con su melodía, nada de nada.

—Ashley—Dijo él rompiendo la tensión—

— ¿Sí?—Respondió volteándolo a ver, para ella él se veía tan lindo aun serio, pero ella debía de conservar su semblante de chica enfadada, no debía mostrar debilidad por eso—

—... ¿Qué es lo que piensas hacer?

Ella no dijo palabra, no quería responder.

—Ya veo, bien—Él miró al cielo por unos segundos y volvió a mirar a la chica— ¿Sabes?, si no hubieras huido el día de la feria... y no hubieras asesinado a mis amigas, nada de esto estaría pasando

...

Nada.

— ¿Yo aún te sigo gustando?

—Hm...—Ashley se sonrojó y pensó un poco—Tú sólo vas detrás de esa tonta de Candy—Frunció el ceño enojada al decirlo, desde que Candy intercedía en su relación nada salía como lo planeado, nada funcionaba, la odiaba—

—Pero sí salí contigo, hasta que hiciste toda esta tontería—Dijo firmemente el pelirrojo—Y por cierto, por favor, a la otra, deja de hipnotizarme, yo te quería de verdad y los ojos verdes no me quedaban

Alex dio en el punto. La pelinaranja se sorprendió, ¿él lo sabía?.

—Lo siento—Encogió Ashley los hombros—Pero no sé porque me hablas si según yo “No te importo”—Te importa ella...

—Porque podrías volver a importarme—Dijo—Sólo necesito revivir a los elementos y que tú dejes esto de querer matar a Candy, y también de querer deshacerte de mis amigos

—Yo sólo me deshago de las cosas que creo que estorban.

—Pues no concordamos en eso.

—Candy te lava el cerebro, entiéndelo, ella no te quiere. En cambio yo sí, yo soy la única chica hasta ahora que ha salido contigo, ¡y no te ha tratado de “mejor amigo” sacándotelo en cara como una estúpida grabadora!, ¡Candy es una...!

— ¡Ashley!, ¡si no he alzado la voz como lo haces tú, es porque aun te guardo algo de respeto!, ¡pero no es necesario meter a una tercera persona en esta conversación!

— ¡Siempre te pones así con las cosas que tengan que ver con ella!

— ¡Por lo menos ella no me hizo nada malo!

— ¡Te lo hizo emocionalmente!—Exclamó— ¿Acaso te has dado cuenta por dónde van?

— ¡No sé ni dónde estoy sentado, y no me cambies el tema!

Ashley rió un poco.

—Alex—Dijo más calmada— ¿Si probara que Candy en verdad no te quiere, volverías conmigo?—Volvió a tener un semblante más inocente—Ya sabes, volver a ser felices

El pelirrojo se quedó callado.

—Bien—Se arregló los mechones de su anaranjado cabello con suavidad—Supongo que es un sí. Ok, bueno, el mismo camino te lo probará, y para que veas lo buena que soy, yo no trataré de detenerlos, es más, no haré absolutamente nada...

—Ashley, ¿qué estás...?

—Shh—Dijo ella poniéndole un dedo en los labios y soltando una pequeña risita, el joven gruñó un poco, no le gustaba que no se tomara en serio la situación, obviamente, se estaba burlando de él, ¿o es que acaso esta chica tiene más trucos bajo la manga?—Todo a su tiempo

—No tengo humor para juegos, Ashley, por favor…

—Pero si no estoy jugando—Dijo aún más animada, ladeó la cabeza para ver si ya llegaban los otros, nada. Mejor así. Así nadie los interrumpía—Oh vamos, deberías de dejar de molestarte conmigo—Rió—

—Aparte de tocarme la cara cuando específicamente dije que no teníamos ningún tipo de relación, estás burlándote de mí—Alex quitó los dedos de Ashley de un movimiento—

—No me burlo, solo me da risa pensar en que hace falta todavía más revuelo para que veas que Candy nunca te verá como algo más que un amigo, o sea, aún no te lo quieres creer

—Ashley, ¿seguirás molestándome?—El chico se frotó las sienes, Ashley de verdad podía ser fastidiosa cuando lo quería, ella quería molestarlo, y lo había logrado—

—No—Acercó su cabeza a él, acurrucándola contra la del chico—Pero sería lindo que dejes de pensar en aquella pelirosada

El joven pelirrojo movió su cabeza en señal de fastidio, no quería que ella siguiera haciendo esos movimientos tan “afectuosos” hacia él. Ashley en cambio, le daba risa que aquel muchacho no creyera en su palabra, pero ya lo vería, tarde o temprano, Candy le rompería el corazón, él vendrá otra vez a ella y volverán a ser felices los dos.

— ¡Peewee, no hagas eso!—Se oyeron los gritos de Cuty Star, después unos gritos de fénix—
Los dos jóvenes se levantaron.

—Ashley, ¿crees que debamos...?

Pero al voltear, la chica ya se había ido.

Alex decidió dejar pasar esto solo por esta vez y corrió a donde se encontraban sus amigos. Cuty Star estaba tratando de hacer bajar a su fénix, quién yacía sobre la rama de un gran árbol, este solo la miraba enfadado y vengativo. Los otros parecían asustados sea lo que fuese que hayan visto momentos atrás.

— ¿Cuty Star?, ¿Qué pasó?—El joven pelirrojo se acercó a la  niña, quién aunque no quería demostrarlo, estaba preocupada—

—Es Peewee,  no sé qué le pasa. Estábamos recogiendo fruta y de pronto vino y comenzó a atacar Michelle, y luego a Candy…

—Parecía que esa cosa quería sacarme los ojos—Michelle cruzó los brazos mirando fijamente a la majestuosa ave, quién miraba desde la rama como un francotirador—

—Y ahora no quiere bajar—La niña bajó la mirada, Peewee no es así… ¿Por qué se comportó de tal forma?, él era amable y noble, no un fénix peligroso, su tío Spike le dijo que a veces da “miedo”, pero creyó que se refería a que a una determinada edad el fénix enferma, se saca las plumas y explota, volviendo a renacer como nueva. ¿Tal vez se refería a esto?, no, no sabía...—

Alex miró al ave, esta se encendió por un segundo y se escondió entre las hojas, obviamente, no quería que lo molestaran, no tenía ánimos para un sermón. Ese fénix no saldría de ahí.

—Supongo que habrá que dejarlo, Peewee seguro está pasando por una fase

— ¿Tú crees?

—Debe de serlo...f

—Si tú lo dices...

Después de ese incidente, Alex tuvo que explicar que Ashley se había “ido de la nada”, claro que no lo tomaron muy bien, o sea, ¿quién lo tomaría bien?, o claro, no vigiles a la psicópata, mejor déjala ir, apuesto a que nos invita galletita y té. Por favor.
Ellos siguieron caminando a la mañana siguiente, la ojivioleta seguía guiándolos por el bosque, aunque no tenía ni la menor idea de adonde ir, el bosque Everfree era engañoso, además de que si dejas un camino para guiarte, los animales o cualquier cosa se deshacen de eso. ¿Cómo hacía la gran Zecora para guiarse por estos alrededores?, por lo visto, tenía mejor sentido de la orientación que ellos.

— ¡Veo algo!—Gritó Cuty muy contenta—

—Por fin—Handsome habló, iba a recostar una mano sobre el hombro de Martina, pero ésta le mandó una mirada que lo hizo pensar mejor y decidió que mejor no molestarla—

— ¿Eso es un castillo?—Keily se frotó los ojos para ver con claridad—

— ¡Hey!, ¡yo conozco este lugar!—Dijo Michelle corriendo al frente con una sonrisa—Aquí nos pueden ayudar, ¿verdad Candy?

Pero Candy no miró con felicidad aquel lugar, parecía que le mortificaba verlo, le causaba tantos recuerdos malos, tantos que había querido ocultar para sí misma, o por lo menos no recordarlos tanto...

Las pequeñas Candy Star y Blue Star vivían en un gran palacio hermosísimo, lleno de vida, de felicidad, de juegos y alegría. De colores, risas y finales felices de cuentos. ¿Qué más se podía pedir?, unos padres grandiosos, un maravilloso hogar,  un reino de ensueños... la vida era bella en todo su esplendor.

Una pequeña niña de cabellos rosados estaba sentada frente a un espejo, mientras su madre cepillaba su pelo hermoso con cuidado mientras tarareaba una canción. La pequeña le sonreía a su madre a través del espejo, mientras esperaba a que la terminara de arreglar.

—Mami,  ¿cuánto tardará esto?—Preguntó curiosa la niña—

La hermosa mujer rió dulcemente.

—Solo un poco, Candy. Necesitas estar bien arreglada para el baile de hoy, de todas maneras, tú, al igual que tu hermana son las princesas

— ¿Y usaré un lindo vestido?

—Por supuesto

—Sólo espero que Blue no lo ensucie con sus juegos...

De pronto, en la puerta apareció una pequeña niña de cabello azul y ropa gris.

— ¡Hey!—Gritó—

—Me imagino a Blue con vestido—Candy se rió graciosa—

—Cállate—Blue Star cruzó los brazos con un puchero que la hacía ver adorable—

—También conocerán a varios príncipes—La mujer acabó de peinar a Candy y se dirigió hacia la pequeña Blue, ésta al principio la evitaba, pero decidió peinarse al final. Se sentaron en la cama y la mujer comenzó a peinarla con igual cuidado que Candy, lo malo era que el cabello de Blue estaba algo enredado—

— ¿Príncipes?, ¡ja!, yo estoy bien así, mami—La peliazul cruzó sus brazos—Que Candy quiera un príncipe no significa que yo también

—Quién sabe, pueda que conozcan a sus príncipes algún día

—Sería lindo—Dijo Candy sonriendo, su madre le había contado tantas historias de príncipes y princesas, ella añoraba conocer el suyo algún día—

—Al príncipe de Candy le darán diabetes—Rió la pequeña Blue, haciendo referencia al “dulce” nombre de Candy, más a su cabello rosado que parecía un algodón de azúcar—

— ¡Claro que no!

—Candy, en serio, ¿crees que algún príncipe soporte tus cosas de niñas?—Seguía burlándose—Los príncipes son fuertes e intrépidos, no tienen tiempo para ir de compras contigo

— ¡Mami, Blue me está molestando!—Exclamó Candy—

—Ya niñas, no peleen—Dijo ella calmándolas, por fin terminó con el cabello de Blue—A los príncipes no les gustan las niñas que pelean

—Sí mamá—Dijeron las dos al unísono—

—Me da pena el futuro esposo de Blue, lo que tendrá que soportar…

— ¡Epa!, ¡tú esposo tendrá que soportar tu carácter también!

—Niñas...

—Lo siento, mamá

A veces tenían esta clase de peleas de hermanas, que ahora que recuerda eran divertidas, antes añoraba conocer al príncipe que la cortejaría, pero ahora… había una situación diferente, no prefería hablar de eso. Recordaba que a veces acompañaba a su papá y a Blue a dar un paseo, su padre era genial.

Todo era hermoso.

Hasta que esa guerra pasó.

Blue había sido entregada a Celestia, Candy se había quedado con sus padres, todos los días se escuchaban flechas, o gritos de guerra, todos los días trataban de acabar con su reino, era un tiempo de caos y miseria, nadie podía salir porque el enemigo atacaba a cualquiera que lo hiciera. El palacio estaba fuertemente resguardado, todo para proteger a la real familia, pero, ¿podrían aguantar tanto los soldados?, ¿Cuánto tiempo duraría esta
guerra?

Los reyes estaba preocupadísimos, pero trataban de estar calmados para tranquilizar a la pobre Candy, quién ya estaba un poco más grande. Candy a veces tenía miedo, tenía mucho miedo de esta guerra sin fin, quería que acabara, que llegara su punto final para que todo volviera a ser feliz como antes.

Era de mañana, todo estaba tranquilo, por ahora.
La familia estaba desayunando en el comedor, nadie decía palabra.

—Candy, no has tocado tu comida, ¿pasa algo?—Preguntó el padre angustiado por su hija—

—Nada, sólo pensaba...

— ¿En qué?

— ¿Cuánto durará la guerra?
Sus padres no respondieron.

—Candy, ¿Qué te parece si para tranquilizarnos jugamos un rato, eh?—Sugirió su madre—

— ¡Está bien!—Contestó la pelirosada—

—Muy bien, jugaremos a… ¡las escondidas!—La mujer dijo emocionada—

— ¡No podrán encontrarme!—Dijo Candy retadoramente—Ahora cuenten y no hagan trampa
Candy se fue riendo por el pasillo, se buscaría el mejor escondite del mundo, corrió y corrió, buscó por aquí y por allá, pero ningún lugar le convencía, no eran para nada buenos escondites, debía encontrar el mejor de los mejores, oyó un fuerte ruido del comedor, seguro sus padres dejaron caer algo mientras la buscaban, ¡debía apresurarse!. Volvió a correr y miró a todos lados, haber... haber... ¡Por aquí!, ¡sí!

¡Este era buen escondite!


...


...


...


Pasaron varias horas, y sus padres aun no la encontraban, ¿será que encontró el mejor escondite del mundo por casualidad?, bueno, papá a veces era muy despistado y mamá también, así que ya era hora de terminar el juego antes de que se rompan el cerebro buscándola. Candy salió, vio que todas las cosas a su alrededor estaba desordenada y algunas rotas, ¿de verdad todo esto para buscarla?, sus padres estaban desesperados por lo que se ve.

Candy regresó por el mismo pasillo, pero sus ojos no podían creer lo que veía.
El comedor estaba destruido, a un lado la mesa de madera ardía en llamas, las cosas estaban fuera de su lugar, trapos rotos, paredes manchadas.
Y un charco rojo yacía corriendo por sus pies. Al seguir el rastro

Vio a sus padres, sus cuerpos destruidos de una horrible manera, no, esto no podía estar pasando.

Y es por eso que vine a hacer una nueva vida en Ponyville, me sorprende que todo se haya reconstruido tan rápido... ¿o en verdad fue mucho tiempo y no me di cuenta?...
Candy salió de sus recuerdos, los cuales parecen haber pasado por horas, cuando en verdad duraron unos segundos.

Sus ojos comenzaron a lagrimear, pero debía contenerse, no quería llorar frente a sus amigos.

—Sí, pueden ayudarnos aquí, pero no creo que sea prudente que me vean…

— ¿Porque?, ¿acaso hiciste un crimen tan horrible que te prohíben venir aquí?—A Handsome le brillaron los ojos—

—No

—Qué mal, ¡Porque hubiera sido asombroso!—Handsome recibió un golpe en el hombro de parte de Martina—

—Baboso...

—Alex, ¿me prestas tu capa?—La pelirosa se dirigió al joven—

Este se sorprendió un poco.

— ¿P-Para qué?

—Me cubriré el rostro con eso

El joven dudó un poco, pero al final se la cedió.

Candy se la puso y cubrió su rostro con la capucha de la capa, dejando ver solo su nariz y boca.

Todos avanzaron, pero el chico estaba algo avergonzado, ¿por qué?, bueno, esa capa la habría usado al luchar y al caminar… ¿conclusión?, bueno, por si no lo adivinan aun, estaba algo “transpirada”, y le sorprendía que a Candy no le asqueara eso. Pero de todos modos le daba vergüenza, vergüenza de que Candy ahora mismo esté dentro de su capa.
Mientras se adentraban más al reino, Cuty se acercó al pelirrojo.

—Oye Alex, ¿Qué pasa ahora?

—Cuty Star, que vergüenza. Candy está usando mi capa, bueno, prácticamente la de Rina, pero la he estado usando yo…

—... ¿Y?—Cuty no entendía a Alex, ¿Qué carajos importa eso?, ni que la capa se la fuera a comer entera a Candy—

—No lo entiendes, ¿verdad?

—Em... Nope

—Olvídalo—Alex desvió la mirada—

—Bueno, te vine a decir que, ahora que parece que te acercas a un castillo tipo Disney, puedes aprovechar para acercarte más a Candy

—No Cuty, siempre me pongo algo nervioso y termino por ser aburrido

—Sólo sé tú mismo, con tus chistes raros y eso

— ¡Ni siquiera cuento chistes!

—Ya sabes, eso del “Ya sabes lo que dicen...”, que si es alargada es analfabeta o no sé, si no...

— ¿“Si no, es alfa, beta y zeta”?

— ¡Sí eso!, y no hables de sus zapatos, o puede creer que quieres sus zapatos y no a ella

—Como sea—Encogió lo hombros—

Volteó a ver a Candy, ella no prestaba atención a la gente de alrededor, solo caminaba derecho, seria y pensativa. Llegaron a un gran palacio ya casi terminado de construir, era bello, como de cuentos.

—Esperen aquí, hablaré con los guardias—Dijo Candy adelantándose—
Después de un rato, Candy les dio una seña para que entraran. Le hicieron caso y se adentraron al lujoso lugar, primero estaba el gran jardín muy bien cuidado, y más allá la entrada al interior del palacio, las puertas eran enormes y de madera. Todos veían impresionados tal belleza de lugar. Las puertas que cubrían el exterior del castillo se cerraron con ellos adentro, Candy se quitó la capa, ya no necesitaba esconderse de los pobladores.

—Gracias—Se la devolvió a Alex—
Caminaron por el verde camino que había, todo estaba lleno de vida… de nuevo todo con rosa, claveles, tantas flores para ver, aunque el cielo estaba nublado, pero eso no impedía que el palacio y su jardín se vieran maravillosos, pero le faltaban árboles, más habían flores, pero bueno, por fin tenían una mano que les ayudara.

Aunque...

—Candy, que alegría verte de nuevo—Un joven alto, esbelto, apuesto y de cabello blanco salió del palacio, saludando de entre todos, a Candy, estaba feliz de verla—

—Sí, igualmente—Aunque Candy parecía decirlo más como un gesto de educación—

— ¿Quién es él?—Inocentemente preguntó la pequeña Solange señalando al joven apuesto—
Este se acercó con una sonrisa amigable a la pequeña niña y se agachó a su altura, acariciándole su cabeza con delicadeza.

—Son un príncipe—Dijo sonriente—

— ¡Woah!, ¡un príncipe de verdad!—Tiana exclamó emocionada—

—Así es, soy el futuro esposo de Candy
Todos se sobresaltaron, ¿esposo?...

— ¿Esposo?...—Dijo confundido un chico, sí, ya saben quién—

—Candy debe casarse para poder reinar aquí, según la ley, yo soy el que debe casarse con ella—El príncipe se levantó y tomó de la mano a Candy, ella solo volteó a mirar a otro lado— ¿Verdad, Candy?

—Sí...

—Pero será...—Susurró Alex en voz baja, con un tono molesto—

—Oye Cuty—Susurró Handsome—

— ¿Sí?

—Esto se pondrá feo...

—Trae las palomitas, me muero por ver a Alex celoso…

Los dos rieron.


COntinuará...
El Alejandro tiene problemas (?)

Bueh, ¿cómo puede el fenix estar aquí y allá?, pos no se los digo :'DU. Po's sí, Leonidas es todo un papasito, mameh. (???), okya xDDDU, bueno, los créditos~

Candy Star, Blue Star, padres de Candy que ya no me acuerdo el nombre (?) (C) : :iconevildreams69:

Michelle, Martina (C) : :iconzahirats-1819:

Keily, Lucas (C) : :iconevaaaaaaaa:

Cuty Star (C) : :iconmarimari16:

Alex, Spark, las NCMC, Bubble, Dark Angel lo demás (?) (C) : Me uvu~

Lo otro demás Laurent Faust y Hasbro. (?

Ahre. -3-U
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Comments4
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evaaaaaaaa's avatar
Huh....interesannte~